viernes, 20 de junio de 2008

Mitología: Egipto (IV)

Al llegar a Egipto, Isis decidió esconder el cofre con su marido en los pantanos del delta mientras iba a Buto a recoger a su hijo Horus. Una noche que Seth salió a cazar jabalíes, persiguiendo a uno e iluminado por un rayo de luna, se topó con el cofre de marras... ¡jó! ¡no veas el cabreo que me pescó! Sacó el cuerpo de Osiris y lo cortó en 14 pedazos que desparramó por el Nilo para que los cocodrilos- ¡ánimalitos!- comieran:

"¿No es posible destruir el cuerpo de un dios?: yo lo he hecho."

Y comenzó a reirse de tal manera que su risa recorrió toda la Tierra y aquellos que la notaron temblaron, estremecidos de horror. La fiel Isis, al volver de Buto se encontró con la nueva "papeleta"- ¡no es pesao el Seth este de los co... pííííí... nes!- Puesta al corriente del tema montó en un barco de papiro y comenzó a recorrer el Nilo en busca de su hermano/esposo- mejor dicho, en busca de sus pedazos- escoltada por siete(7) escorpiones y acompañada por Neftis, su hermana y madre de Anubis, que era motivo- esos cuernos de Seth...- de contínuo conflicto entre la diosa y su marido (ver "Egipto II").


Efectivamente, Neftis al tener noticia de las crueldades de Seth para con su hermano, decidió separarse de él y aliarse con Isis en la búsqueda, ayudándole a dar sepultura a Osiris (1). Uno a uno fueron recuperando los trozos del dios; los cocodrilos en señal de respeto a Isis, ni tocaron al barco y a sus tripulantes, ni comieron trozo alguno de su esposo (2).


No así el lepidoto, el oxirrinco y el pargo, peces que sí comieron, concretamente el pene (¡vaya con los pescaítos!)(3) único trozo ("el" peazo) que no se consiguió recuperar, por lo que Isis tuvo que recurrir a la magia (¡aayy, la "magia" femenina!) y colocarle uno más o menos"ortopédico"(4).


Con la ayuda de Anubis, embalsamó el cuerpo de Osiris, siendo ésta la primera momia de Egipto y dándole sepultura en un lugar secreto donde aún permanece oculto hasta nuestros días.
Osiris se constituyó en el dios de los muertos que pasaban a la otra vida, dios de la vida eterna, y recibiría epítetos de parte de los hombres tales como Neb Abydu, "señor de Abydos"(6)o Jenthi amenthu, "el que está en frente de los occidentales"(e.d. los muertos, en referencia al viaje al paraíso-Yaaru(5)-, situado en el sol naciente justo al lado opuesto, reino de Osiris y lugar donde el Ka -alma- viviría su segunda vida).


Supuesta tumba de Osiris en Abydos

También se le llamó Unenepher, "el que continúa siendo perfecto" en alusión a la integridad física recuperada después de haber sido roto en pedazos. En cuanto a Horus, hijo de Isis, las leyendas muestran ciertas divergencias, puesto que unas lo describen como producto de un desdoblamiento del espíritu de su madre, en tanto que otras lo hacen resultado de la cópula entre Isis y Osiris una vez momificado y restaurado su miembro viril "artificial" (¡¡Pepe por aquí, Pepe por aquíí!!) con lo que quedaría justificado el calificativo de Unenepher. Sea como fuere, la primera versión parece más verídica, puesto que en la misma aventura de la isla de Buto ya queda constancia de la existencia de Horus, e Isis no había recuperado aún el cuerpo de su marido. Esta versión, dicho sea de paso, al igual que el relato de la traición de Seth y la búsqueda por parte de Isis, está tomada de Plutarco, de su Moralia, volumen VI, Isis y Osiris;Diálogos píticos: La "E" de Delfos, Los oráculos de la Pitia y La desaparación de los oráculos *. Ya veremos como Horus, quien vengó a su padre desterrando al malange de Seth (la verdad, a mí no me cae tan mal), se convertiría en uno de los "makas" del panteón

(continuará)

*Editorial Gredos, 1995

Notas
(1) Esta parte de la historia hizo que en muchas urnas funerarias, sarcófagos y ataúdes, se colocaran figuras de ambas diosas, una a los pies y otra a la cabecera del difunto.
(2) Mucho tiempo después persisitía la idea de que al ser los barcos de papiro, los cocodrilos no los atacarían, siendo ampliamente usados en todo Egipto.
(3) Estos peces quedaron malditos para los egipcios quienes los consideraban
incomestibles y aborrecibles en tal grado que los pescadores que sacaban alguno en sus redes, espantados corrían a los templos para purificarse y destruían todas sus artes de pesca.
(4)
Isis instituyó así el culto al falo, extendido más tarde por todo Egipto.
(5) El Yaaru o Aaruu, era el paraíso para los egipcios, reino de Osiris. En el Libro de los Muertos se describe como un lugar eternamente fértil, con una serie de islas pobladas por cañas y juncos, muy similares a las que encotramos en el delta del Nilo y que reúnen unas condiciones ideales para la caza y la pesca. El lugar fue a veces nombrado como Sejeht Hetepet, "campo de las ofrendas".
(6) La ciudad de Abydos (o Tinis), situada al sur del país a unos 100 Kms. de Luxor en la orilla izquierda del río fue la capital de una cultura predinástica, la cultura Nagada I o Amretiense. En las inmediaciones se encuentra la necrópolis, lugar llamado en árabe Ummu-al-Kab, "la madre de los vasos", debido a la cantidad de vasijas y fragmentos de recipientes para beber esparcidos por el lugar y que provienen de los peregrinos que acudían a venerar la supuesta tumba del dios.